Hace una semana fui a una tienda de una compañía de telefonía móvil. Había perdido el cable de la tablet y pregunté si me lo podían encontrar para poderlo comprar. Cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que debía ir a un gran almacén para poderlo encontrar ya que al ser una tienda de pequeño tamaño no lo podían solicitar. Al escuchar lo que me decían yo comenté:» Le estoy diciendo que se lo compro ¿no le pueden enviar este cable a su tienda y cuando lo tengan lo vengo a buscar?” La respuesta vino de nuevo con la negativa.
No hablo de una compañía cualquiera.
Me sorprende mucho que en la actualidad y en los tiempos en los que vivimos una empresa vaya con una prepotencia sobrada. ¿No quieren satisfacer a sus clientes? ¿Cómo quieren fidelizar y más aún que de un buen boca oreja de esta marca?.
El trato que recibí, no es como el de los tenderos de toda la vida, que saben que es lo que quieres solamente por entrar por la puerta de su tienda.
Esta anécdota viene muy al caso a un reciente vídeo que vi en un congreso. Creo que es muy bueno que se vea para poder entender cómo nos podemos focalizar a un cliente y realmente entender sus necesidades y poderlas satisfacer.
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